Es esencial estar abierto y dispuesto a escuchar, estar atento a las señales de advertencia y a los cambios de comportamiento.
Hablamos de cambios extremos de comportamientos en adolescentes, como volverse muy introvertido, no despegarse de las pantallas o estar demasiado pendiente a las redes sociales. Si además ves que tu hijo o hija adolescente se siente extremadamente triste, vale la pena hablar con él.
¡Intenta entenderl@! Y si necesitas ayuda externa, no dudes en pedirla. Si esta situación se prolonga durante un período de tiempo significativo, puede que este sea el momento de buscar ayuda.
En primer lugar, pide atención médica o cuéntaselo al dermatólogo local y si es necesario, con un psicólogo. Es importante buscar ayuda y sobre todo asegurarnos que nuestro adolescente no se sienta solo.
Además, siempre puedes inculcarle a tu hijo o hija adolescente, la importancia de un buen cuidado de la piel. El acné grave, los puntos negros, los comedones cerrados o abiertos… todas estas imperfecciones no son más que estética y aunque sea precisa la ayuda de un profesional, lo más importante es incidir en el autoestima, el amor propio y la correcta salud de la piel.